EPISTEMOLOGÍA
La palabra
“epistemología” deriva del
griego, “conocimiento” y “teoría”. Se la considera una
disciplina que se
ocupa de estudiar
los métodos que se emplean para alcanzar el conocimiento científico y
las formas de validar dicho conocimiento. Por ser una ciencia que se ocupa del
estudio de la forma de hacer ciencia, se la debe considerar una “metaciencia”.
Algunos autores suelen identificar
a la Epistemología con la Filosofía de
la Ciencia, lo cual no es estrictamente
correcto. La Epistemología es una rama de la
Filosofía de la
Ciencia. Algunas suposiciones
que son discutidas en el marco de la Filosofía de la Ciencia no son
cuestionadas por la Epistemología
ya que no influyen en el objeto de su estudio.
También se debe diferenciar a la
Epistemología de una disciplina, más
restringida, la Metodología de la Investigación Científica.
El metodólogo no
pone en tela de juicio el conocimiento
ya aceptado como válido por la comunidad científica, sino que se concentra en
la búsqueda de estrategias para ampliar el conocimiento. En cambio,
el epistemólogo podría cuestionar el valor de esos datos y
muestras así como a la misma Estadística.
Por lo tanto, se tiene que la Epistemología
es una “ciencia”
que se ocupa de
los métodos de
hacer “ciencia” y
de la forma de validar el
“conocimiento científico”.
¿DE
DÓNDE PROVIENEN LAS IDEAS PARA UN PROYECTO DE INVESTIGACIÓN?
Toda investigación procede de una
IDEA. Tener una idea, es la consecuencia de ser sensible y de estar alerta y
atento a todo lo que
nos rodea, cuando
algo nos parece
interesante, cuando
observamos discrepancias, cuando
observamos regularidades, cuando
nos surgen dudas, cuando queremos resolver algún problema y sobretodo
cuando atendemos a nuestra “intuición” esa voz interna que nos habla y que nos
lleva a buscar alguna respuesta.
En este sentido, las ideas
que pueden llegar
a ser investigadas, pueden
surgir de diversas fuentes, una de ellas es la
observación de la realidad que
vivimos; o leyendo
algún artículo en
una revista, un
periódico, o algún documento histórico, viendo la
televisión, leyendo un libro, frente a la pantalla del cine, en nuestro trato
con otras personas, para resolver un problema en una organización, o un
problema de salud en una población, etc. Las ideas por tanto, suelen surgir
debido a experiencias individuales, práctica de una profesión, teorías,
experimentos, conversaciones con amigos o personas, observación de hechos, y de la vida cotidiana. Las ideas iniciales son
vagas y requieren análisis cuidadoso para que sean transformadas en
planteamientos más precisos.
Buscar información
sobre lo que
nos atrae, implica
“conocer estudios,
investigaciones y trabajos
anteriores…” Hernández, Fernández
y Baptista (2004).
Hernández, et.
al (2003) citando
a Danhke (1986)
dan las siguientes sugerencias:
a) Las buenas ideas intrigan,
alientan y excitan al investigador de manera personal. Cuando algo nos atrae,
el tiempo “vuela” y nuestros sentidos se “abren” para captar lo que nos
interesa, esto es lo que estimula a los investigadores. Ellos no se quedan con
las dudas, las persiguen hasta resolverlas…. sí es posible.
b) Las buenas
ideas de investigación
“No son necesariamente nuevas, pero
sí novedosas”. Podemos
retomar algunas investigaciones y continuar
con “los pendientes
“ que generaron,
o ampliar sus aplicaciones, etc.
c) Las buenas ideas de
investigación pueden servir para elaborar teorías y la solución
de problemas. Es
decir, que una
buena idea puede
dar pauta para iniciar
más investigaciones e
ir consolidando o construyendo una teoría, o generar nuevos
métodos de recolección de datos etc.
¿QUÉ
ES UN PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN?
Para el común de la gente, un
problema es sinónimo de dificultad, de tarea, de ejercicio o de pregunta
práctica y teórica que exige respuesta o solución. Algunos usan la palabra “problema”,
para referirse a una cuestión compleja que exige solución o cualquier asunto
que requiere nuestra dedicación. En todo caso, existe un denominador común en
todas estas variantes cotidianas del problema: se refieren a un hecho no
resuelto que debe encontrar una respuesta teórica o práctica, científica, social
o individual, lo cual posibilitará resolver parcial o totalmente el problema.
Existen muchas formas de abordar el
estudio o el análisis un problema. Los dos criterios más comunes son el
problema como una cuestión filosófica y como un hecho científico.
El problema como cuestión filosófica. Filosóficamente, un problema
tiene sus antecedentes históricos en las "aporías aristotélicas", que
en griego significa "situación sin salida". Este es un concepto que
en la antigua filosofía griega servía para designar "el problema de
difícil solución". La "aporía" surge porque en el objeto mismo o
en el concepto que de él se tenga, figura una contradicción.
El problema como un hecho científico. No hay duda de que el
problema es una forma objetiva de expresar la necesidad de desarrollar el
conocimiento científico. Las contradicciones que surgen entre el conocimiento y
la falta de conocimiento, entre lo conocido y lo desconocido, son al final uno
de los aspectos vitales en el desarrollo de la ciencia y del método científico.
El curso del conocimiento científico consiste en una sucesión ininterrumpida de
problemas que aparecen a partir de los resultados obtenidos en las
investigaciones anteriores y se resuelven mediante el razonamiento y la
experimentación. A su vez, cada solución lograda, genera todo tipo de
problemas, que al ser resueltos o esclarecidos, conduce las nuevas
interrogantes en una cadena interminable de preguntas y problemas.
Es imposible concebir la
investigación sin la presencia de un problema, ya que para la mayoría de
especialistas, la investigación científica no es otra cosa que un procedimiento
para conocer, identificar, describir o resolver problemas. La investigación
científica no sólo parte, sino que consiste básicamente, en plantearse
problemas y en buscar el camino y las fórmulas para resolverlos.
Se tienen entonces que un problema
puede ser:
a. Una necesidad que debe ser
satisfecha. Aquí se refiere a algo que hace falta para alcanzar un fin
determinado.
b. Una causa que hay que
determinar, descubrir, precisar o explicar. Se busca determinar el origen o causa
de algo, de una cosa o suceso que produce otra cosa.
c. Una relación entre fenómenos,
cosas o situaciones. Buscar los puntos de unión o de conexión entre dos o más
cosas, fenómenos o situaciones.
d. Una dificultad que debe ser
superada, identificada o explicada para que posteriormente sea eliminada o
neutralizada. Aquí se refiere a un obstáculo de cualquier tipo que impide
conseguir, realizar o entender bien una cosa.
e. Determinación de la existencia,
vigencia y viabilidad de una cosa. Se deben señalar o establecer los aspectos
que determinan la vida o existencia de una cosa, cuya presencia está en vigor o
en su defecto, definir la posibilidad de realización de un fenómeno o de una
cosa.
f.
Identificación de un fenómeno o de una cosa que se considera importante
o vigente en un momento dado. Se trata
aquí de reconocer o comprobar algo que se conocía en otra circunstancia, sea
teórica o práctica, directa o indirecta, o aquella de que se tienen ciertos
datos.
g. Comprensión de una cosa, de sus
relaciones, de sus efectos o de sus valores. Se busca percibir el significado,
el sentido o el valor de las cosas, fenómenos, etc.
En general, un problema puede ser
múltiples cosas, fenómenos o situaciones, lo cual hace interminable la lista de
aspectos diferentes que puede significar o expresar. Pero si bien estos son
algunas de las dimensiones semánticas del problema, una pregunta surge. Es
fundamental identificar claramente la pregunta que se quiere responder, el
problema concreto a cuya solución o entendimiento se contribuirá con la
ejecución del proyecto de investigación.
OBJETIVOS
DE INVESTIGACIÓN
Toda investigación nace con un
propósito o finalidad, algunas tratan de contribuir en la solución de un problema en particular,
otras esperan alcanzar algún grado de conocimiento en determinada área. Este
propósito o finalidad será el objetivo, que
constituirá el punto de partida y orientará así el curso de todo el
proceso investigativo. Si éste es bien formulado, logra transmitir claramente
la intencionalidad del investigador, permitiendo también determinar si tal
investigación rindió o no los frutos esperados.
En primer lugar, es necesario
establecer qué pretende la investigación, es decir, cuáles son sus objetivos. Hay
investigaciones que buscan, ante todo, contribuir a resolver un problema en
especial –en tal caso debe mencionarse cuál es y de qué manera se piensa que el
estudio ayudará a resolverlo-, y otras que tienen como objetivo principal
probar una teoría o aportar evidencia empírica a favor de ella.
Los objetivos de investigación son
metas que se traza el investigador en relación con los aspectos que desea
indagar y conocer. Estos expresan un resultado o "producto de la labor
investigativa." (Ramírez 1996, p. 61).
En cuanto a su redacción, los
objetivos... "traducirán en forma afirmativa, lo que expresaban las
preguntas iníciales." (Sabino, 1994, p. 108). Para ello se hará u de
verbos en infinitivo, por ejemplo: conocer, caracterizar, determinar, establecer,
detectar, diagnosticar, etc.
Los objetivos deben expresarse con
claridad para evitar posibles desviaciones en el proceso de investigación
cuantitativa y ser susceptibles de alcanzarse; son las guías del estudio y hay
que tenerlos presente durante todo su desarrollo. Evidentemente, los objetivos
que se especifiquen requieren ser congruentes entre sí. (Hernández, 2006).
De forma general, una investigación:
•
Debe tener un único objetivo general
•
Puede tener un mínimo de tres objetivos específicos. Enumerados en orden
de importancia (orden lógico, orden temporal,… )
•
Deben ser consistentes con el problema
•
Los objetivos son inherentes a la definición y delimitación del
problema; es decir, se desprenden al precisar el estudio. Los objetivos de
investigación se construyen entonces tomando
como base la operatividad y el alcance de la investigación.
•
Se expresa una acción a llevar a cabo. Por lo tanto debe estar iniciado
por verbos fuertes, que indican acciones, a continuación se indica el fenómeno
en el que –o con quien—se llevará a cabo dicha acción. Seguidamente se indica
el objeto de investigación, es decir, el fenómeno o las partes en relación que
serán investigados, indicando finalmente para qué se realiza esta acción
investigativa.
Finalmente, podemos establecer algunos requisitos que deben tenerse en cuenta para plantear los objetivos:
ü
Enfocarse a la solución del problema.
ü
Ser realistas.
ü
Ser medibles.
ü
Ser congruentes.
ü
Ser importantes.
ü
Redactarse evitando palabras subjetivas.
ü
Precisar los factores existentes que lleva a
investigar.
ü
Enfatizar la importancia de mejorar la
organización.
Asi es Sra. Lucyris las buenas ideas son intrigantes, llaman la atención del investigador, haciendo que este no se desvíe de a idea origina planteada. Aunque la idea no sea nueva, esta tiene que ser novedosas, con un contenido actualizado y planteamientos realizados en diferentes contextos. Las ideas nos pueden ayudar a generar nuevas interrogantes y abordar el problema desde otro ángulo.
ResponderBorrarImportante contenido y muy completo, las ideas pueden surgir prácticamente de cualquier cosa, siempre y cuando se encienda la chispa de la curiosidad, en cuanto a los objetivos, es preciso conocer la premisa que nos indica sobre la importancia de considerar que los objetivos son metas a alcanzar en la investigación y no con la investigación.
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