PARADIGMA,
DOGMA, POSITIVISMO Y POSTPOSITIVISMO
Dentro del marco de los temas que se
desarrollaran en la asignatura de
Seminario de Investigación e Innovación I, hay algunos conceptos que se han
manejado probablemente en el entorno del
participante, bien sea familiar, social o profesional, los cuales de alguna
manera se reforzaran en el periodo académico correspondiente. Estos
conceptos están relacionados a: Paradigma, dogma, positivismo y postpositivismo.
Según Guba y Lincoln (1994), no se puede entrar al
terreno de la investigación sin tener una clara percepción y conocimiento de
qué paradigma direcciona la aproximación que tiene el investigador hacia el
fenómeno de estudio.
La conceptualización de lo que se entiende por un
paradigma, según Flores (2004), engloba
un sistema de creencias sobre la realidad, la visión del mundo, el lugar que el
individuo ocupa en él y las diversas relaciones que esa postura permitiría con
lo que se considera existente.
Por otra parte, Patton (1990) señala que el paradigma indica y
guía a sus seguidores en relación a lo que es legítimo, válido y razonable. El
paradigma se convierte en una especie de gafas que permitirán al investigador
poder ver la realidad desde una perspectiva determinada, por tanto, éste
determinará en gran medida, la forma en la que desarrolle su proceso
investigativo.
En el mismo orden, Kuhn (1962) afirma que un
paradigma es un conjunto de suposiciones que mantienen interrelación respecto a
la interpretación del mundo, además, el paradigma sirve como una guía base para
los profesionales dentro de su disciplina, ya que indica las diferentes
problemáticas que se deben tratar y busca un marco referencial en el cual se
aclaren las interrogantes mediante una epistemología adecuada.
En relación al concepto dogma, el término es griego y su significado es
doctrina u opinión fijada. En su origen, el concepto de dogma estaba vinculado
a una norma, regla o decreto impuesto por alguna autoridad. También se
utilizaba para referirse a la opinión propia de una escuela filosófica. Sin
embargo, a medida que la Iglesia ganó autoridad, el término quedó asociado de
forma directa a la idea de dogma teológico.
Según la Real Academia Española (RAE), un
dogma es un postulado que se valora por su condición de firme y verídico y al
cual se reconoce como una afirmación irrefutable frente a la cual no hay
espacio para réplicas. Los especialistas señalan que el dogma ofrece
fundamentos y bases respecto a un sistema, una doctrina, una religión o una
ciencia.
Entre
las palabras que derivan del término dogma están dogmatismo y dogmático. Generalmente se
utilizan, tanto como dogma, en un contexto religioso cristiano, sin embargo
estas palabras no son absolutas de esta religión, de hecho aparecen en la
mayoría de los credos y además pueden ser utilizadas desde un punto de vista científico
o filosófico.
El dogmatismo es la tendencia a establecer
fórmulas que expresan conocimientos como verdades imposibles de debatir, más
allá de la investigación, la crítica y el intercambio de opiniones. En
filosofía, el dogmatismo es la escuela que
asegura que el ser humano a través de la razón puede conocer la verdad
absoluta, siempre y cuando utilice para ello ciertos métodos y un orden
preestablecido de investigación. Asegura que es absolutamente posible el
contacto entre sujeto y objeto de conocimiento.
En relación al concepto de positivismo, se tiene que según
Hernández, Fernández y Baptista (2010), es Augusto Comte quien bautiza el
nacimiento del positivismo, cuando en 1849 publica su Discurso sobre el
espíritu positivo, lo cual genera el gran comienzo del paradigma positivista en
la investigación.
Ricoy (2006), indica que el “paradigma positivista se
califica de cuantitativo, empírico-analítico, racionalista, sistemático
gerencial y científico tecnológico”. Por tanto, el paradigma positivista
sustentará a la investigación que tenga como objetivo comprobar una hipótesis
por medios estadísticos o determinar los parámetros de una determinada variable
mediante la expresión numérica.
El positivismo se inició como un modelo de
investigación en las ciencias físicas o naturales y posteriormente se lo adoptó
en el campo de las ciencias sociales (Ricoy, 2006). En esta intervención del
positivismo en aspectos sociales, la metodología de generación del conocimiento
se basa en procedimientos de análisis de datos como los establecidos en las
ciencias exactas, además, en este paradigma se afirma que deberían aplicarse
los métodos de la medicina, física o biología de forma franca en la investigación
en las ciencias sociales, e incluso, éste sería el parámetro para que se pueda
considerar realmente una ciencia a lo social, la cual debe ser entendida y
expresada mediante leyes o generalizaciones del conocimiento, tal como se lo
hace con las leyes que explican los fenómenos naturales o físicas (Cohen y
Manion, 1990).
Por otro lado, Flores (2004), afirma que el
post-positivismo es una versión modificada del paradigma positivista. La
diferencia con el positivismo radica en que en el post-positivismo la realidad
existe pero no puede ser completamente aprehendida. Lo real se lo entiende desde
las leyes exactas, sin embargo, ésta únicamente puede ser entendida de forma
incompleta. Una de las razones para no poder lograr una comprensión total y
absoluta de la realidad se basa en la imperfección de los mecanismos
intelectuales y perceptivos del ser humano, lo que lo limita para poder dominar
todas las variables que pueden estar presentes en un fenómeno.
Hernández et al.
(2010), hacen un resumen de las características del paradigma
post-positivista, en donde afirman que en éste la realidad puede ser conocida
de forma imperfecta, el investigador puede formar parte del fenómeno de interés,
el objeto de estudio influencia al investigador y viceversa, la teoría o
hipótesis que sustenta la investigación influye en el desarrollo de la misma,
el investigador debe estar consciente de que sus valores o tendencias pueden
influir en su investigación.
Este paradigma afirma que la concepción de la realidad
no es ingenua como en el positivismo, sino que es desde una postura reflexiva,
en donde, si bien es cierto, la realidad puede considerarse como existente,
ésta es imperfectamente aprehensible porque los fenómenos son incontrolables y
el ser humano es imperfecto. Los resultados que se encuentran en una
investigación basada en este paradigma son considerados como probablemente
verdaderos.
REFERENCIAS
Cohen, L., &
Manion, L. (1990). Métodos de investigación educativa. Madrid: Muralla.
Flores, M. (2004).
Implicaciones de los paradigmas de investigación en la práctica educativa. Revista Digital Universitaria, 5 (1), 2-9.
Guba, E., &
Lincoln, Y. (1994). Paradigmas en pugna en la investigación cualitativa. In N.
Denzin, & I. Lincoln, Handbook of Qualitative Research (pp. 105-117).
London: Sage.
Hernández, R.,
Fernández, C., & Baptista, P. (2010). Metodología de la Investigación.
México D.F.: Mcgraw-HILL / Interamericana Editores, S.A. de C.V.
Kuhn, T. (1962). The
structure of scientific revolutions. . Chicago: Chicago University.
Patton, M. (1990).
Qualitative evaluation and research methods. Newbury Park: Sage.
Ricoy, C. (2006).
Contribución sobre los paradigmas de investigación. Revista do Centro de
Educação, 31 (1), 11-22.
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ResponderBorrarBuenas noches, complementando un poco la teoría de mis compañeras, podemos decir que, el paradigma se puede analizar que es lo que la comunidad científica lo señala como normativa a seguir para hacer ciencia.
ResponderBorrarDogma; Se puede decir que es una normativa que rige a uun cultura o religión en ella no se refuta, es rigido y estático.